Son 13 activistas de Greenpeace, colgados del puente St. Johns de Portland, en Estados Unidos. Su objetivo: impedir el paso a un rompehielos. El barco, propiedad de la empresa de hidrocarburos Shell, tenía que dirigirse hacia Alaska para empezar a perforar en busca de petróleo. Para los activistas, un riesgo para la naturaleza virgen del Artico. Además, otro grupo de ecologistas de la zona se han unido a la protesta montados en kayaks. Finalmente el rompehielos ha tenido que dar la vuelta. Victoria, por ahora, de los activistas, que ya han advertido: permanecerán colgados durante varios días. Los que duren las provisiones que llevan encima.