Hasta ahora una boda por el rito budista solo tenía validez a los ojos de su religión, no a efectos civiles. Por tanto los contrayentes tenían que pasar también por el jugzado. La reforma equipara a mormones, testigos de Jehová, ortodoxos y budistas con católicos, musulmanes y judios a quienes ya se les reconocía este derecho. Se reforma también de la edad legal para casarse: De 14 pasamos a 16 años.