Directo al corazón de la mafia, así llegaba esta mañana el Papa Francisco al barrio de Scampía, símbolo de la camorra napolitana. En coche descapotable como ya es habitual y sin miedo a las amenazas de los camorristas. Porque el Papa ha emprendido una ofensiva contra las grandes mafias italianas, en junio del año pasado excomulgó a los mafiosos de la Nangreta calabresa, y en esta visita a Nápoles ha pronunciado un duro discurso poniendo nombre a la causa de los problemas del pueblo napolitano.