El perro Smiley, un Golden Retriever de 12 años, nació sin ojos y con enanismo en Stouffville (Canadá), y se pasó los dos primeros años de su vida abandonado a su suerte hasta que su actual propietaria, Joanna George, lo encontró, lo adoptó y lo entrenó para hacer sonreír a los enfermos y personas con discapacidad.