Encaramados a la fachada de un edificio de cuatro plantas, una veintena de jóvenes les pasan a los estudiantes papeles con las soluciones de un examen a través de la ventana. Un fraude masivo generalizado en esta región del norte del país al que los guardias de seguridad hacen la vista gorda. El Ministerio de Educación es consciente de este problema y responsabiliza a los padres de los estudiantes.