Irene Ventura , la dueña de Noa, ha recibido la sentencia de la audiencia de Coruña que la obliga a cumplir una normativa vecinal por la que su perra Noa no puede vivir en un piso. Un vecino la ha denunciado por fobia a los perros y el juez ahora la obliga a deshacerse de ella. Noa lleva 9 años viviendo pacíficamente en una urbanización que ahora le da la espalda. Apenas pesa 6 kilos, no ladra y ha tenido que mudarse por sentencia judicial. La sentencia se apoya en un reglamento interno del edificio, pero Irene dice que los estatutos no especifican nada de la convivencia o no con animales en sus pisos.