Cuando hace frío, se ponen en marcha en el organismo mecanismos de termorregulación para mantener su temperatura corporal en 36-37 grados. La sangre va hacia zonas importantes y por eso se siente más frío en pies y manos. Y por eso hay que abrigarlos, para evitan también congelación. Según los médicos, es aconsejable ante bajas temperaturas y viento taparse la nariz, porque si no este órgano no puede calentar el aire que inspira y llega frío a la garganta y los pulmones. Al regular la temperatura se produce una vasoconstricción, aumenta la presión arterial y el corazón trabaja más.