Las primeras proclamas antitaurinas irrumpen en la plaza de Arañuel cuando está a punto de dar comienzo el toro embolado. Los 180 habitantes de esta localidad castellonense se han triplicado para la ocasión. La inmensa mayoría son fervientes partidarios del bous al carrer. El ambiente previo se ha caldeado durante la semana en las redes sociales. Colectivos antitaurinos han promovido una concentración en señal de protesta por una practica que consideran reprochable y violenta. El toro embolado es una de las prácticas más criticadas por los colectivos antitaurinos. Pero en pueblos como Arañuel es el broche final a la fiesta.