Los nacimientos de Fray Conrado se producen en los lugares más insólitos: desde una máquina de escribir hasta un radiocassette infantil. En este candelabro, el ángel anunciador nos informa desde las alturas y, muy cerquita, vemos otro nacimiento sobre un cirio derretido. Cualquier material u objeto, por inservible que parezca, acaba formando parte de los belenes de este fraile capuchino. Después de 20 años, la imaginación de Fray Conrado sigue a pleno rendimiento.