El desconocimiento, y el hecho de estar históricamente asociada al consumo de drogas o a la sexualidad sin protección alguna, son los mayores obstáculos para el enfermo de Sida. Porque su mayor enemigo hoy en día es el rechazo social. Le diagnosticaron el VIH en 1996, y le dieron 6 meses de vida. Después de 29 años, este enfermo de sida afirma que "ha sido una tormenta muy larga pero poco a poco ha ido saliendo el sol". Al tener dicha enfermedad, no le dan seguros de vida y, por lo tanto, "la hipoteca no te la dan", relata. Además, tampoco les dejan entrar en una residencia de mayores, por eso la alternativa es ir a la beneficiencia.