Este fin de semana en el juzgado de instrucción número cuatro de Granada han declarado una veintena de testigos que sabían de esta supuesta secta de al menos 12 miembros. Las víctimas acudieron días antes. El líder del llamado clan de los Romanones es una persona de confianza del arzobispo de la Diócesis de Granada, quien pedía perdón ayer. Al parecer, el clan contaba con varias casas donde hacían conferencias religiosas y donde también se cometían los presuntos abusos. Parte del patrimonio procede de la herencia de una anciana que, al parecer, convencieron para que les donara los bienes. Los familiares de la fallecida piensan denunciar por engaño.