A los 66 años, Naomi Elishuv llevaba dos décadas sufriendo temblores en las manos. Una dolencia que la obligó a renunciar a su carrera como violinista. Decidida a recuperar su pasión, el pasado mes de septiembre, Naomi se puso en manos de la cirugía moderna en el Hospital Ichilov de Tel Aviv, en Israel. "Me explicaron los riesgos, como en cualquier operación, pero me negué a escucharlos", explica Naomi. Los médicos necesitaban localizar al milímetro los puntos exactos del cerebro donde colocar los implantes de forma exitosa. Por ello, le pidieron a Naomi que tocase el violín en mitad de la operación. De esta forma y gracias a la anestesia local que permitió este inusual concierto, la actividad musical sirvió de guía a los cirujanos durante la intervención.