Han pasado dos años de sequía pero las lluvias han vuelto al Levante almeriense, y lo han hecho con consecuencias destructivas. La rambla del Nogalte, hasta hace poco seca, ha traído el agua de las lluvias con una fuerza torrencial, y a su paso por la localidad de Pulpí ha arrastrado coches y todo lo que encontraba a su paso. Los vecinos estaban desprevenidos y muchos han tenido que abandonar sus vehículos, que habían aparcado en el cauce porque no se imaginaban lo que iba a ocurrir. Hace dos años, los destrozos se extendían por toda la comarca cuando las inundaciones provocaron numerosos daños materiales y la muerte de 4 personas. Este año no hay que lamentar víctimas, pero los vecinos de la zona siguen con los ojos puestos en el cielo.