Pocas sendas hay tan peligrosas en España como el Caminito del Rey, en algunos puntos a más de cien metros de altura sobre el desfiladero de los Gaitanes. Se construyó en tiempos de Alfonso XIII y servía para que los operarios de una presa cercana pudieran acceder y hacer reparaciones. El paso de los años y los elementos lo estaban dejando en ruinas, y pasar por sus pasarelas se había convertido en algo demasiado peligroso. Por eso, hace 15 años se cerró, y se prohibió el paso bajo multas de hasta 6.000 euros, una cantidad que no ha impedido a los valientes y a los aventureros jugársela en sus estrechas pasarelas para disfrutar de las vistas.