Le han recibido como le despidieron aquel día de febrero: entre aplausos y consignas contra los desahucios. Ha pasado un año y medio del desahucio de Aurelia. Y Roberto sigue pensando lo mismo. Y como él, muchos bomberos de toda España. Para representarlos a todos, ese día, tras negarse a cortar la cadena que echaba a la calle a Aurelia, se tapó la cara. Pero la Subdelegación del Gobierno consideró que con esta actitud provocó desórdenes públicos. Por eso, le ha multado con 600 euros. Roberto ha recurrido hoy la multa. Arropado de nuevo por todos los que agradecieron su acto de rebeldía.