Prefieren estar entre rejas que en la calle. Ante la crisis, uno de cada cinco presos en tercer grado de la cárcel de Fontcalent, en Alicante, renuncia a su derecho de salir en libertad, ante la imposibilidad de encontrar trabajo. Cada vez es más común que los propios presos pidan a sus letrados postergar su puesta en libertad. Salir a la calle para ellos supone gastar dinero y por eso prefieren quedarse en el módulo de semilibertad, que solo está adecuado para que acudan a dormir. Las prisiones de Villena y Alicante superan el 150% de su capacidad.