La mitad de la fruta de hueso que se produce en España se exporta a Rusia. Ahora, con la frontera cerrada, no hay mercado donde venderla, los precios que se pagan a los productores se han derrumbado y los fruticultores temen por su futuro. Sólo en Aragón las pérdidas superan los 70 millones de euros. Las organizaciones agrarias piden a los Gobiernos central y autonómicos que presionen a Bruselas para que active el Fondo de Reserva y compense a los agricultores por este desplome del precio. Además exigen que se actúe a tiempo y se abran otros mercados para la fruta que está por llegar, como las manzanas y las peras.