Tendrán que pasar muchos días para que estos animales pierdan las marcas que les ha dejado el hambre. El Seprona los encontró abandonados y con muestras de haber ingerido alimentos en mucho tiempo. Desde el año 2009, el número de caballos muertos por desnutrición ha aumentado y según la asociación CYD Santa María, antes de la crisis eran muchas las personas que invirtieron en la compra de caballos, pero el negocio, al llegar la crisis, no tuvo el éxito esperado.