Los españoles cruzamos las carreteras muy mal. Arriesgándonos, obligando a los conductores a detenerse donde no deben e incluso en situaciones en las que no es necesario hacerlo incorrectamente. Con pasos de cebra cercanos, pasarelas, zonas específicamente reservadas... seguimos cruzando por donde queremos a pesar de que esto pone en riesgo nuestra seguridad.