Ni en su casa ni en su partido, tampoco en su despacho. Jordi Pujol, desaparecido. Ni rastro del ex president de Cataluña después de que reconociese, vía carta, que ha ocultado dinero en el extranjero durante más de 30 años. Reunión hoy en su partido. Prisas para entrar y caras de circunstancia. Pujol no está, pero todos hablan de él. "Un sentimiento al fin y al cabo de desolación y tristeza porque evidentemente las cosas no puede funcionar de esta manera", asegura Francesc Homs, conseller de la Presidencia. Les preocupa que este caso particular perjudique el plan soberanista.