La emancipación juvenil en España es cada vez más complicada. Por debajo de los 25 años de edad, más de la mitad está en paro. Aquellos que tienen trabajo tampoco lo tienen fácil, los contratos son temporales y están por debajo del año de duración. Para comprar una vivienda propia deberían dejarse la mitad del sueldo o ganar un 86 por ciento más. Sin duda la actual precariedad en el empleo así como la patente exclusión del mercado laboral, favorecen a que a día de hoy sean muy pocos los jóvenes que pueden independizarse.