El Príncipe de Asturias ha querido terminar su parte final del discurso recordando el valor que tuvieron los ciudadanos del barrio de Angrois, cuando acudieron de inmediato a las vías del tren para poder salvar las vidas de las personas que sufrieron el terrible accidente. Don Felipe ha puesto como ejemplo a esas personas para transmitir un mensaje positivo, para "hacer frente al pesimismo, la frustración o la desconfianza que afectan a muchos españoles".