En las calurosas noches de verano, lo ideal para conciliar el sueño es mantener la habitación entre los 18 y 21 grados. Si la temperatura es superior a los 24 grados el sueño deja de ser reparador porque el calor puede hacernos despertar cada hora. Los expertos recomiendan evitar las comidas copiosas al mediodía, beber alcohol y hacer ejercicio fuerte antes de dormir los días de más calor.