En 100 días ya nos hemos acostumbrado a los gestos de cercanía de Francisco. No le gusta el protocolo ni los cristales blindados, quiere estar lo más cerca posible de la gente y hablarles con su mismo lenguaje. Con él ha entrado un nuevo estilo en El Vaticano. "Es especialmente sencillo y cercana a la gente. Para nosotros ha sido muy bueno. Muy positivo para la Iglesia además", dice Andrea Mai, una peregrina chilena. Un Papa pastor ha sucedido al Papa filósofo Ratzinger, más introvertido. "El Papa Benedicto XVI limpió los motores del barco. Ahora le toca a Francisco navegar en alta mar", asegura el sacerdote Vito Martinelli. En 100 días, Francisco ha aportado cambios en las formas. Según los vaticanistas, habrá que esperar hasta octubre para ver cambios de fondo. El Papa ya ha encargado a ocho cardenales diseñar la reforma de la Iglesia.