En clase de matemáticas, Miguel acaba muy pronto de contar compañeros: sólo tiene dos. "Es mejor que sean pocos porque así les prestamos más atención", dice Hideo Kamata, el profesor. Contar a todos los alumnos de este colegio japonés de Madrid tampoco le llevaría mucho. Son, en total, 16. Hace años eran 150, pero con la crisis hay menos japoneses en España y para estudiar aquí hay que tener la nacionalidad japonesa.Los libros son en japonés y las asignaturas obligatorias son las mismas que en Japón. Esto es, por ejemplo, una clase de hogar. "Estamos haciendo una bolsa para llevar la fiambrera", explica un alumno. Los valores también son 100% japoneses: disciplina y humildad. Por ejemplo: los alumnos dan las gracias al final de cada clase. Y a la hora de la comida, después de dar otra vez las gracias, son ellos los que recogen el comedor. Este colegio japonés no tiene servicio de limpieza.