Sus años de entrenamiento con cuchillos le servían al falso maestro shaolin para sus sádicos juegos con mujeres. A dos españolas con las que mantenía relaciones sexuales esporádicas las vendó los ojos y las puso contra la pared para después lanzarles cuchillos. Esas dos mujeres que han declarado ante la ertzantza han dicho que Aguilar les comentó además que quería buscar prostitutas posiblemente de esta zona de Bilbao para drogarlas y acostarse con ellas cuando estuvieran inconscientes.