Es el diamante rojo más grande de la mina australiana Argyle, una de las pocas en las que se halla esta rara variedad de piedra preciosa. "Se trata de una piedra única nunca vista antes y que probablemente nunca volvamos a ver", asegura la directora de ventas. Este preciado diamante se venderá en una subasta al mejor postor, cuyo nombre permanecerá en el anonimato. Por ellos suelen pagarse más de dos millones de dólares. Después de Sidney, la subasta se desplazará a Tokio, Nueva York y llegará a Hong Kong en septiembre.