Un reguero de sangre sobre el suelo de Barajas muestra el recorrido que hizo el taxista pidiendo auxilio. Su agresor le abrió la cabeza con una barra de hierro. La agresión se produjo después de que Francisco llamara la atención a un taxista ilegal que iba a trasladar en su coche particular a tres viajeros. Entonces uno de los agresores sacó una vara de hierro y otro sacó una navaja, según afirman los testigos.