Menuda sorpresa se llevó una familia de Japón. No se esperaban que su mascota, un periquito, fuese capaz de regresar a casa. Piko-Chan, que así se llama el pájaro, aprovechó que su jaula estaba abierta para abandonar su hogar. Apareció en la habitación de un hotel, donde acabó en manos de la policía. Lo más curioso es que fue el propio animal quien facilitó a los agentes, sin dudarlo, su dirección. Incluso sabía su número de teléfono. El animal había aprendido estos datos gracias al empeño de su dueña.