Un hombre de Nueva Jersey tiene una mascota muy singular. Se trata de una cabra que prefiere Nueva York al campo. Como una Carrie cualquiera, Coco se mueve tranquilamente por la ciudad de los rascacielos. Central Park sería estupendo para pastar, pero ella prefiere echar la siesta. Tampoco tiene problemas para moverse en metro. Sólo a la hora de comer tiene sus preferencias y hay quienes lo ven quizá como competencia.