El temporal de frío le sorprendió la semana antes de Navidad, en esta carretera cubierta por la nieve. En el norte de la gélida Suecia. Dos meses después, la Policía le ha rescatado tras permanecer todo este tiempo atrapado en el interior de su coche. Todo un superviviente, aguantó los cerca de 60 días durmiendo en un saco de dormir que llevaba consigo y bebiendo el agua de la nieve para no morir. El conductor de una máquina quitanieves se fijó en que algo se movía al pasar junto al coche casi sepultado por el hielo. Y eso le salvó. Este ciudadano sueco, convertido desde hoy en prueba fehaciente de la capacidad de resistencia humana, descansa ahora en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Umea. Una pequeña localidad a poca distancia de donde se quedó atrapado su vehículo.