Si un pulpo adivinaba los resultados del Mundial, y una zarigüella los Oscar, ahora el adivino es un rinoceronte. Se llama Arun, y tuvo que elegir entre dos pelotas que representaban a los dos equipos que se enfrentarán el domingo en la Super Bowl. Desde el primer momento lo tuvo claro: no dejó de jugar con la de los Gigantes. Quizá la decisión de un animal en extinción oriente a más de uno en las millonarias apuestas que estos días se hacen en Las Vegas.