Así como la gripe es casi una epidemia cada invierno, el sarampión estaba prácticamente erradicado. En 2010 apenas hubo 177 casos en España. Pero tan sólo un año después, los contagios se multiplicaron por diez. Casi 2.000 enfermos el año pasado, una epidemia que algunos expertos achacan a la insistencia de algunos padres de no vacunar a los hijos.