Los datos son contundentes: Tres de cada diez jóvenes reconoce haberse emborrachado en el último mes, y si hablamos de chicas el porcentaje es aún mayor. Y es que, según la Fundación de Ayuda contra la drogadicción, menos de la mitad de los adolescentes considera que tomar cinco o seis copas en un fin de semana puede producir problemas.