En pocos segundos el cielo de Texas se volvió naranja. Una gran nube de polvo lo envolvía todo y hacía difícil la respiración. Además ráfagas de viento a 120 kilómetros por hora han arrancado tejados de cuajo. También en el aeropuerto ha habido problemas. Los aviones no han podido despegar. La tormenta de arena es consecuencia de la fuerte sequía que sufre el oeste de Texas.