Este sábado, el aeródromo de Cuatro Vientos se ha convertido en el punto central de la fe para miles de jóvenes peregrinos que desde primera hora han acampado en la pista madrileña a la espera de que Benedicto XVI se reúna con ellos. Conciertos, sombrillas, buen ambiente, pero sobre todo un calor exagerado son los protagonistas de la cita.