A Rafael y Ana, tras ser testigos de un robo en la playa, se les ocurrió un invento para evitar este tipo de situaciones: la mochila caja fuerte. Se trata de una mochila de plástico donde se guardan con llave las pertenencias y luego se clava en la arena. Para lograr abrirla, hace falta mucha fuerza y, sobre todo, tiempo. Algo que no tienen los ladrones que utilizan el descuido y buscan no llamar la atención. De momento existen diez prototipos y aún no se comercializan, pero su precio rondaría los 50 euros.