El delta recién formado sobresale de la línea de costa. Es una silueta humeante que, al amanecer, iba naciendo envuelto en llamas. A esa hora el flujo de lava se muestra incandescente, arrojándose sobre el material que ya emerge sobre la superficie. Avanza el día y aunque aumenta la claridad se distingue todavía la fluidez de la lava que desciende por el área de acantilados.