Los agentes de Policía confundieron la escalera A por la B. Los vecinos buenos a los que destrozaron la puerta viven en el 16 B y el malo en el 16 A. Los agentes irrumpieron en la casa de una familia con pocos recursos de Valencia. A la vecina hasta la esposaron, pero cuando les identificaron se dieron cuenta del error. A continuación se fueron a por el traficante, que vivía en la puerta de al lado.