Esposado y custodiado por cinco agentes de la Guardia Civil, César Román entraba en el juzgado caminando por la rampa que da acceso al garaje. Dentro le esperaba la jueza mientras sus abogados pedían respeto para su presunción de inocencia. Pero las pruebas recabadas por la policía le sitúan como principal sospechoso de la muerte de Heidi Paz.