La nueva reforma educativa desmantela la actual LOMCE, conocida como Ley Wert. Para ello, el Gobierno de Sánchez recupera aspectos de la ley aprobada por el PSOE en el 2006. Aunque se incorporan algunas novedades. Entre ellas está el plan personalizado para los repetidores. Serán los profesores los encargados de decidir si a estos alumnos les imparten contenidos distintos o si les hacen exámenes diferentes al resto de la clase.