En el Congreso no hay choque de opiniones a la hora de castigar a los conductores imprudentes. Cualquier accidente provocado por el consumo de alcohol, drogas o exceso de velocidad que deje en la carretera dos o más fallecidos o un fallecido y heridos será castigado con nueve años de cárcel. La mayoría de los grupos apoya aumentar en cinco años las penas para unas imprudencias que, en un juicio, siempre serán consideradas como graves. El borrador también endurecerá las sanciones en caso de abandono de un conductor, peatón o ciclista tras un accidente. Una fuga que podría costar entre seis meses y cuatro años de prisión y una retirada del carné de conducir de entre uno y cuatro años. Las asociaciones de ciclistas y víctimas llevaban meses pidiendo esta reforma del Código Penal. Tras un tiempo estacionada, la semana que viene se prevé la primera votación para que arranque.