Iglesias y Junqueras se verán las caras en una sala sin cristal y sin límite tiempo. Así lo permite el reglamento: las visitas a los presos, cuando son de autoridades, "no pueden ser suspendidas, ni objeto de intervención, ni de restricción de ningún tipo". La única condición es no alterar el horario de Junqueras, que no puede saltarse ninguna comida, ni actividad programada.