Conchi y Paco han pasado su primera noche en la prisión de Fontcalent. Ella dice que no puede andar, así que la trasladan en ambulanca, para evitar repetir la imagen de la mañana, entrando en volandas a los juzgados. Abel, hermanastro de Conchi la describe como "una persona fría, manipuladora y obsesionada con el dinero". Asegura que a él le llegó a amenazar de muerte por hacerse cargo de su hija. Y cuenta que Conchi estuvo ingresada varios meses en un centro psiquiátrico. De allí la sacó Paco y desde entonces se hacía cargo de ella.