José Alberto encerró a sus hijos en su habitación. Marina de 8 años y Alejandro de 13 años. Después cerró la casa con llave e inició el fuego. Eran las ocho y cuarto de la tarde. Los vecinos vieron el humo y avisaron a Emergencias. La madre llegó en ese momento y fue quien les abrió la puerta. Los niños estaban muertos y colocados sobre la cama de la habitación de los padres. En una primera inspección ocular no se ven signos de violencia. Hay que esperar a la autopsia para determinar si los niños habían muerto o no antes del incendio.