El juicio en Pamplona contra el grupo de presuntos violadores autodenominado 'La Manada' es hoy a puerta abierta pero no veremos ni escucharemos a nadie dentro la sala. Está prohibido introducir bolsos, móviles y cualquier aparato de grabación. La prensa sólo ha podido acceder a la sala con papel y bolígrafo. Las sillas dentro están asignadas, con nombres y apellidos. Todo para salvaguardar la intimidad de los cinco acusados. Están sentados detras de sus letrados y con buen aspecto: más delgados y vestidos con camisa y jersey. Hablan poco entre ellos y se dirigen de vez en cuando a sus abogados defensores.