Con un minuto de silencio por los atentados en Cataluña arrancaba la clausura de la Unión Interparlamentaria en la que además de la lucha, desde la unidad, contra el terrorismo y su financiación. "Funciona la colaboración entre las fuerzas y cuerpos de seguridad de las democracias", sentenciaba el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Cataluña seguía muy presente, pero por otra cuestión, el desafío soberanista. "El golpe a la democracia española con la que un puñado de gente instalados en el extremismo pretenden la voladura de la Constitución de todos". Un govern, ha dicho Rajoy, secuestrado por radicales para convocar un referéndum ilegal. "En un día algunos pretenden liquidar la soberanía nacional y la Constitución española. No lo van a hacer. Tengan la absoluta certeza". Con advertencia más que velada. "En sus manos está lo que pueda pasar en las próximas fechas", aseveraba el jefe del Ejecutivo, que pide cordura, como también apoyo para otro tema crucial esta legislatura, la economía, empezando por los Presupuestos Generales para 2018. "Esperamos que, como ocurrió el pasado año, el interés general de España prevalezca sobre temas menores y mezquinos". Para superar la crisis porque "no estamos para muchas alegrías. Vamos mucho mejor, pero hay que ser prudentes", reconocía Mariano Rajoy. Y hacerlo todos juntos.