Iglesias junto a su candidata. Sabe que la moción nace muerta pero aún así dice que lo hace por imperativo ético. Es el ensayo de lo que les espera ante Rajoy la semana que viene. Espinar abre el turno y el tono va subiendo. Llega la bronca por el reglamento a cuenta de quién puede y no puede hablar y el PP interviene, pero no habla Cifuentes sino su consejero. Las alusiones habituales y un objetivo: calificar la moción de circo. Y lo hace con definiciones de Google y argumentos machistas que la aludida le afea tratando de devolverle el protagonismo a Cifuentes.