La presunta financiación ilegal del PP sigue provocando dolores de cabeza a Mariano Rajoy y a su partido. Con la comisión de investigación del Congreso ya en marcha, la estrategia de los populares pasa por minimizar daños. Para eso quieren limitar los trabajos a 2012 cuando se regulan las donaciones a partidos, a 2015 con la excusa de que hasta ese momento no existía el delito de financiación ilegal, incluso investigar sólo esta legislatura. El problema es que no tienen mayoría absoluta en la cámara para imponer este criterio. Así que en el PP amagan con pararla en los tribunales, mientras denuncian una conjura de la oposición para lincharles. Si nada de eso funciona, los populares tienen guardado un as en la manga. El Senado, ahí sí tienen mayoría absoluta, ahí se ha constituido hoy otra comisión impulsada por ellos y que investigará la financiación de todos los partidos, y desde ahí podrían presionar al resto. Especialmente al PSOE.