Las reivindicaciones por los derechos laborales de los trabajadores se vieron eclipsadas en Barcelona por un grupo de anticapitalistas e independentistas. Dos marchas en las que con pelucas y disfraces rompieron cristales, escaparates y realizaron pintadas en las calles. Ambas manifestaciones protagonizaron violentos disturbios y ahuyentaron a los turistas que disfrutaban de las terrazas del centro de la ciudad en este día festivo.